Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad

Independientemente de dónde comience el camino que puede conducir finalmente a una lesión cerebral, el resultado final más común es una disminución del oxígeno en el cerebro. Esto puede ocurrir por cualquier número de acontecimientos traumáticos durante el embarazo, el parto o a través de una enfermedad o lesión durante la infancia. Los historiales de desarrollo de niños con problemas de aprendizaje muestran desde bebés prematuros o posmaduros con partos retrasados o prolongados, hasta niños que sufrieron fiebres altas o caídas durante su infancia. A veces, la causa de la lesión es dolorosamente obvia y otras veces (sobre todo cuando se produce en el útero) puede ser más difícil de descubrir. Los escáneres cerebrales son una herramienta maravillosa para localizar tumores o quistes u otras anomalías graves, pero no ofrecen una imagen completa del cerebro y de su funcionamiento. Hay muchos niños con lesiones cerebrales y problemas muy graves cuyos escáneres cerebrales parecen relativamente normales. 

El desarrollo cerebral puede ralentizarse o incluso detenerse a causa de una lesión cerebral, pero también puede acelerarse mediante la estimulación para que el niño pueda ponerse al nivel de sus compañeros sanos. Todos nos encontramos en un continuo de funciones cerebrales, desde el bebé que acaba de desarrollarse hasta el adulto maduro que sigue experimentando crecimiento y desarrollo cerebral hasta la muerte. Ascendemos por este continuo de desarrollo neurológico a distintas velocidades, dependiendo de la cantidad de estimulación que recibamos. También podemos descender por este continuo en cualquier momento si nuestro cerebro se lesiona a causa de un traumatismo o una enfermedad. 

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